“al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto” (Hch. 7:39). El alejarse de Dios también es descrito como “el pensamiento de tu corazón” (Hch. 8:22). Pablo también habla frecuentemente sobre las funciones intencionales del corazón. El corazón puede ser terco contra Dios, “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Ro. 2:5). Pablo
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